lunes, 22 de abril de 2013

EL CEREBRO. Paulina Bialecka


CONTEXTO HISTORICO


El 3 de mayo de 1485 mediante una bula del Papal Inocencio III se autorizó la creación en la ciudad de Toledo (España) del denominado Colegio de Santa Catalina, bajo supervisión eclesiástica. Francisco Álvarez de Toledo solicitó y obtuvo de los Reyes Católicos el preceptivo permiso para la legalización, con un total de veintidós cátedras de teología, cánones, leyes, artes, medicina, cirugía, griego, retórica y matemáticas.
En 1520, por bula papal de León X, el Colegio se transformó en Real Universidad de Toledo. En 1525 se le otorgó por Paulo III diversos privilegios para la expedición de títulos de Doctor y Licenciado, además de Estatutos y Reglamento, así como un Patronato dependiente del Cabildo de la Catedral de Toledo. 

Durante el reinado de Carlos III y al calor del espíritu ilustrado de la época, se cedieron locales desamortizados del Santo Oficio y se construyó en 1795 un edificio propio, separándose del antiguo Colegio de Santa Catalina. Este lugar es el llamado Palacio Universitario Lorenzana, por su fundador el Cardenal Lorenzana, y sobre el que el Arquitecto Ignacio Haan proyectó el edificio que hoy contemplamos. La universidad funcionó hasta el curso 1844/45, fecha en que se cerró y se transformó en Instituto Provincial de Segunda Enseñanza (antecesor del actual Instituto de Bachillerato "El Greco"). 

En 1969/70 se creó el Colegio Universitario de Toledo "Santa Catalina", volviendo la universidad a su antigua sede en 1973. En la actualidad es la sede del Vicerrectorado del Campus de Toledo y de Relaciones Institucionales de la actual Universidad de Castilla-La Mancha.



ARQUITECTURA DEL EDIFICIO LORENZANA



El edificio, resulta sólido y tiene una escrupulosa cantería; es muy limpia la solución de los dinteles que corren sobre las columnas, mostrando falsas juntas verticales. Un sistema de bóvedas cierra todos los ámbitos de la construcción.




En el interior hay un atrio porticado con varias pantallas columnarias. Éste da paso a un magnífico patio neoclásico, de un porte monumental, tanto por sus estimables dimensiones y proporciones, como por su orden único, jónico, que soporta un fuerte entablamento adovelado, todo ello de granito. Las dependencias de su planta única y principal, dejando a un lado las subterráneas, se disponen de modo sencillo y equilibrado.


Sus fábricas exteriores son de granito y ladrillo visto, destacando la solución tetrástila «in antis» de la fachada principal. Un orden jónico nos anticipa la secuencia columnaria del interior. A los lados, ocupando dos nichos, se encuentran sendas alegorías de las ciencias, labradas en piedra de Colmenar por el escultor Mariano Salvatierra. Sobre el eje del pórtico se observa el escudo del cardenal Lorenzana, sostenido por dos ángeles, realizado por Antonio Finacer.




EL CEREBRO

Mi intervención es una escultura en forma de cerebro, de color rosa, situada en el patio neolítico en el interior del edificio. Simboliza, como se puede deducir la sabiduría, como de los que pasaron por esta universidad, como Jose Zorrilla. La estátua estaría situada en el medio, al lado de una alcantarilla. Habría un techo de cristal, para proteger el patio y no quitarle luminosidad, pero encima de la estátua no habría nada; para cuando lloviera, el agua callera al cerebro, y , metafóricamente hablando, se llevara la sabiduría abajo, a los cimientos de la universidad. El color rosa no jugaría un papel importante, ya que sirve solo para destacar la figura y darle alegría al patio. Estaría hecha de piedra, pero cubierta de silicona, para darle mas realismo a la hora de tocarla. 




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